(A y B, C y D son dos parejas que, atendiendo a sus connotaciones, lo mismo pueden ser de hombre y mujer, de hombres o de mujeres. La misma variabilidad es posible en cuanto a su raza y rango de edad. El lugar es un espacio abierto. La luz racheada de la última hora del día dibuja las irregularidades del suelo agreste. En algún lugar se adivina, se intuye o se sugiere un río. Desde el fondo, llegan exhaustos A y B con ropajes que parecen andrajos. A lleva la delantera, B se detiene.)

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A.- ¡Vamos! Ya casi estamos.

 

B.- ¿Otra vez?

 

A.- Es la última vez.

 

B.- La última vez también era la última vez.

 

A.- Hemos avanzado mucho.

 

B.- (Se sienta) Todo me parece igual.

 

A.- No, mira… (Señala al frente) ¿Lo ves?

 

B.- Yo no veo nada.

 

A.- Porque no miras bien.

 

B.- Me duelen los ojos.

 

A.- No pares, sígueme.

 

B.- Me duelen los pies.

 

A.- Dame la mano.

 

B.- Me duelen los brazos.

 

A.- Levántate.

 

B.- Déjame descansar un poco.

 

A.- (Se sienta) Está bien. Descansaremos.

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(...)